Bien simple, pero inolvidable. Receta de un viejo amigo; arroz con huevo a la copa y jengibre crocante.

00

 

1 persona • 25 minutos

  • 1/2 taza de arroz
  • 1 zanahoria chica, pelada y picada en cubitos
  • 1 huevo
  • 1 pedazo de jengibre fresco

Hierve agua y tenla a mano. En una olla a fuego alto echa un poco de aceite y agrega el arroz y la zanahoria. Dóralos sin parar de revolver, por un par de minutos. Agrega sal y un poco de pimienta. Luego echa una taza de agua (y un chorrito más si te gusta más pegote), baja el fuego, tapa la olla y ponla sobre un tostador. Mira el reloj.

01

 

Por mientras pela el pedazo de jengibre (el pedazo puede ser más o menos del tamaño de tu dedo gordo). Luego pícalo hasta dejarlo en cuadraditos bien finos. En un sartén chico, calienta unas 3 cucharadas soperas de aceite. Cuando esté bien caliente baja el fuego casi al mínimo, y echa a freír el jengibre. Deja freír hasta que se ponga oscuro, revolviendo de vez en cuando y cuidando que no se te pase.

 

Saca el jengibre y ponlo sobre toalla nova para secarle el aceite.

02

Cuando hayan pasado 18 minutos desde que miraste el reloj, abre la olla, acerca la oreja y escucha; debiera sonar aún el ruido de lo que queda de agua burbujeando. Monitorea cada cierto rato con tu oreja hasta que el burbujeo haya parado. Para asegurarte que esté listo, entierra el mango de la cuchara de palo para mirar un poco el fondo. Apaga el fuego, retira la olla del tostador y deja reposar.

03

 

Sigue las instrucciones de esta receta para el huevo a la copa. Cuando esté listo, vacíalo sobre tu plato con arroz y espolvorea arriba el jengibre crocante. Sirve altiro.