Para un flojo término de fin de semana, quizás con arrepentimientos tras un monstruoso almuerzo, pero con ganas de comer igual; un plato rápido y liviano.


1 persona

  • 2 rebanadas de pan
  • 1 tomate pelado
  • 4 hojas de rúcula
  • aceite de oliva
  • sal y pimienta fresca
  • 3 aceitunas verdes o negras (opcional)

Para pelar un tomate, calienta agua hasta que hierva y échala en un recipiente. Sumerge el tomate y déjalo unos 3 minutos. Luego sumérgelo en agua fría hasta que pierda el calor. Haz un corte superficial partiendo la cáscara en dos y con los dedos pellízcala para desprenderla de arriba hacia abajo. Finalmente pica el tomate en cubitos.

Calienta el pan en un tostador, pero sin tostarlo mucho. Pon encima las hojas de rúcula y luego el tomate. Échale sal y pimienta fresca, harta. Luego aceite de oliva, harto también.

Si tienes aceitunas pícalas bien finas, y ponlas arriba del tomate, decorando para que te quede bonito.

• Si vas a imprimir esta receta, trata de hacerlo en una hoja que ya hayas usado por un lado.