Ya empieza el frío y para los siempre amigables tallarines, salsa de tomates con carne… clásico. Con berenjena, más rico.

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4 personas • 30 minutos

  • 1 berenjena chica
  • 1/2 cebolla
  • 1 bandeja de carne molida
  • 1 botella de puré de tomates (mejor que salsa)
  • 1 puñado de orégano fresco

Corta la berenjena en rodajas y remójalas por unos 5 minutos en un bowl con agua y harta sal. Con la mano, dálas vuelta para que vayan botando el amargor.

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Por mientras pica la cebolla bien fina.

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Enjuaga las berenjenas con un chorro de agua de la llave directamente en el bowl, estílalas y luego sécalas con un paño de cocina limpio. Agrúpalas en torres y córtalas en cuartos, pero arlote no más.

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En una olla calienta a fuego fuerte un poco de aceite normal (el de canola es más sano). Echa la cebolla, sal y pimienta. Revuelve y tapa la olla por un par de minutos, para que la cebolla suelte jugo. Luego agrega las berenjenas, mezcla bien y vuelve a tapar la olla por otro par de minutos.

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Echa la carne y con la cuchara de palo, empieza a separar los pelotones hasta que quede repartida en pedacitos chicos. Toma las ramitas de orégano y separa las hojas de los tallos, dejándolas caer dentro de la olla. No seas pavo, cómprate una mata de orégano, es una maravilla.

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Agrega otro poco de sal y pimienta y, si tienes a mano un tinto abierto, echa un chorro corto de vino. Mezcla bien.

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Deja cocer unos minutos más y echa todo el puré de tomates dentro de la olla. Revuelve bien, pon la tapa, baja el fuego y deja cocer por 15 minutos. Una vez lista, apaga el fuego, échale unos chorritos de aceite de oliva, mezcla bien y pruébala para ver cómo está de sal.

Tapa la olla y déjala reposar unos 5 minutos antes de servir. Si quieres recalentarla, hazlo en la misma olla, sobre un tostador y a fuego medio.