En pan pita; arrollado huaso, camote dorado, cebolla acaramelada y huevo frito. Para continuar el rechocheo y para tragárselo con el lagrimón.

1 persona • 45 minutos

  • 1 pan pita (o cualquiera)
  • 1 tajada de arrollado huaso
  • ¼ de camote ó 1 papa chica
  • ¼ cebolla
  • 1 huevo

Pela el camote (o la papa) y córtalo en cubitos de 1cm aprox. Échalos en una olla con agua fría y ponla a calentar. Toma el tiempo apenas empiece a hervir. Por mientras corta la cebolla en corte pluma. Cuando se hayan cumplido 15 minutos, cuélalos, déjalos reposar un par de minutos y luego ponlos a calentar en un sartén a fuego medio y con un poco de aceite. Dóralos revolviendo siempre, durante unos 5 minutos. Saca del fuego y échalos en un recipiente.

En una olla chica echa un buen chorro de aceite para freir y agrega la cebolla. Baja el fuego y tápala. Calienta durante unos 15 minutos, de vez en cuando levanta la tapa y revuelve. Al final agrega una cucharadita de azúcar y un chorrito de agua, mezcla bien y sigue calentando por unos 2 minutos más.

Pon a calentar el pan en un tostador, y en el mismo sartén de la cebolla echa otro poco de aceite. Fríe el huevo, que te quede bonito y no se reviente.

Abre el pan calentito, en la base puedes echarle un poco de mostaza. Pon encima el arrollado (si quieres hacerlo tú mismo pregúntale a mi colega). Luego el camote, arriba la cebolla y remata con el huevo. Apriétalo un poco para que reviente la yema y caiga como una cascada de placer. Ten la chela o la copa de vino lista, no esperes un segundo para comer.