Si te da miedo no le pongas mango no más… fue sólo un arrebato.

1 persona • 30 minutos

  • ½ cebolla
  • 1 taza de vino blanco
  • 1 tostada de pan de molde
  • queso mantecoso, o gruyère, lo suficiente para cubrir el pan
  • una cucharada de pulpa de mango congelada
  • tomillo

Corta la cebolla en pluma y dórala a fuego medio en una olla chica con un poco de aceite de oliva, sal, pimienta fresca y tomillo. Una vez que esté blandita agrega el mango. Si no, haz como si nada.

Agrega el vino blanco y deja cocer hasta que se evapore el alcohol. Después echa una taza de agua hirviendo, y pruébala para ver cómo está de sal o para ver si te cargó con mango.

Por mientras se está cociendo la sopa, pon la tostada con queso en el hornito eléctrico o en el horno y calienta hasta que se derrita el queso (si tienes grill en la parte de arriba del horno, préndelo para que el queso se gratine, esto es, medio quemadito y dorado).

La sopa está lista cuando la cebolla esté blanda. Pruébala. Para servir echa la sopa en un plato hondo, corta la tostada en dos triángulos y ponlos suavemente sobre la superficie. Agrega un poco de cilantro picado.

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