A lucirse con una fresca entraía -novedosa- por así decirlo. Puede tomarse como un shot para el aperitivo también, en vasitos de golpeado.

2 personas • 20 minutos

  • 1 tarro de almejas en agua (ó 1½ taza de almejas frescas, mucho mejor)
  • ¼ lechuga escarola
  • 1 cebollín, picado
  • 1 diente de ajo, picado
  • 2 ramitas de perejil
  • 1 tomate, picado
  • 1 cucharadita de salvia
  • ½ cucharadita de alcaparras
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 1 cucharada de mayonesa
  • 1 taza de agua
  • ½ taza de vino blanco
  • jugo de 1 limón
  • vinagre

En un sartén chico a fuego lento derrite la mantequilla. Echa las almejas, el cebollín, el ajo y la salvia. Agrega sal y pimienta fresca, y deja dorar por unos 3 minutos.  Luego echa el vino blanco y sigue calentando hasta que se evapore el alcohol. Entonces cuando el vapor ya no moleste al olerlo, apaga el fuego y transfiere a un recipiente para que se enfríe un par de minutos.

En la juguera o mini-pimer licúa bien lo que hiciste en el sartén con la lechuga, el perejil, la mayonesa, el agua, el jugo de limón y un cubo de hielo. Agrega unas gotitas de vinagre y dale una batida más. Prueba cómo está de sal. Ahora pásala por el colador, pero quizás no toda, depende de si la prefieres más espesa o más líquida. Considera eso sí que entre más líquida, menos cantidad de sopa. En fin, al pasarla por el colador, aprieta el contenido con una cuchara para que salga la mayor cantidad de jugo posible.

Al servir, usa el tomate, un poco de lechuga y aceite de oliva para el decoré en la superficie.