Desde marzo que estaba esperando esto; porotos negros y ventanas borrosas.
2 personas • 2 horas (ó 1 hora con olla a presión)
- 1 frasco de porotos negros remojados
- 8 longanicillas
- ¼ cebolla morada
- ½ litro de caldo de verduras
- 2 cucharadas de pan rallado
Hay unos porotos que llevan días esperándote ansiosos en el refrigerador. Házles de una vez el favor y pónlos a cocer hasta que estén bien blandos. Si tienes caldo congelado, descongélalo a baño maría. Si no, házlo mientras se cuecen los porotos.
Corta las longanicillas en rodajas diagonales y pica la cebolla bien fina. En la lata del horno, pon papel metálico y sobre éste, pon las longanicillas y la cebolla. Cubre todo espolvoreando el pan rallado. Echa un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta fresca. Calienta en el horno hasta que esté todo dorado. Una vez listo, apaga el horno y deja la lata adentro.
Cuando los porotos estén listos, cuélalos reservando al menos una taza del agua. Devuélvelos a la olla y agrégales el caldo de verduras. Si estuviesen muy secos échales un poco del agua de los porotos, lo suficiente como para cubrirlos.
Agrega un poco de sal y prueba. Repite hasta que estén bien para ti. Calienta a fuego lento y olla tapada por 10 minutos.
Corridos 5 minutos, prende nuevamente el horno donde están las longanicillas para que estén a buena temperatura al momento de servir. Mueve un poco la mezcla con una espátula.
Sirve en platos hondos, previamente calentados con agua; primero los porotos y luego encima las longanicillas.